CUANDO EL DINERO ERA PAPEL: PALACIO DE LA BOLSA DE MADRID

By Published On: 26 agosto, 2014

Pasa desapercibido tras los árboles de la plaza de la Lealtad y el Monumento a los Caídos por España; sin embargo, este palacio de finales del siglo XIX, que comparte acera con el famoso Hotel Ritz y las oficinas de Apple en España en una de las zonas más exclusivas de Madrid, es digno de ver, aunque su interior ya no acoja las jornadas frenéticas de antaño.

El arquitecto Enrique María Repullés y Vargas fue el encargado de diseñar el edificio. Para ello, tomó la Bolsa de Viena como modelo e hizo frente a las peculiaridades del trazado urbano, que le obligaban a adoptar una forma de planta irregular. Como aquella, el Palacio de la Bolsa de Madrid presenta una imponente fachada, con seis columnas como protagonistas, muy en sintonía con el estilo neoclásico que abundaba por aquella época en la capital y que aún hoy podemos contemplar en edificios como la Biblioteca Nacional o el Banco de España, también levantados en el centro de la ciudad.

Acostumbrados a ver sus grandes pantallas digitales por televisión y su suelo de parqué, lo cierto es que muy pocos se han aventurado a conocer los entresijos del Palacio de la Bolsa de Madrid, a pesar de que es posible concertar una visita guiada como bien señala su página web.

Si accedemos al interior, llaman la atención sus altos techos, repletos de detalles, una bonita escalinata y su reloj, cuya maquinaria fue importada de Estrasburgo (Francia) para asegurar su exactitud.

La actividad bursátil más frenética se desarrollaba bajo un techo de vidrio con estructura de hierro que deja pasar la luz del sol, y decimos “se desarrollaba” porque este edificio apenas acoge hoy a un centenar de trabajadores. La aparición de la informática supuso el fin de la actividad de valores tal y como se conocía. En 2006, la negociación de operaciones bursátiles se trasladó al municipio de Las Rozas y el palacio pasó a tener un papel simbólico.

La Bolsa de Madrid, sin embargo, no siempre estuvo en este enclave. Comenzó a funcionar en 1831, mucho más tarde que en otras partes de Europa, y lo hizo en la plazuela del Ángel esquina calle Carretas. Solamente un año después se trasladó a la Casa de Filipinas y a partir de 1841 recorrió dos conventos y un monasterio, los de San Martín, las Monjas Bernardas y los Basilios, este último en la calle Desengaño. En 1875 ocupó el edificio de la Aduana Vieja y por fin, en 1893, la Reina Regente Mª Cristina inauguró el actual Palacio de la Bolsa de Madrid.

A partir de entonces, el palacio y la Bolsa de Madrid vivieron todo tipo de vicisitudes, entre las más importantes destacan el desastre de Cuba, los efectos económicos de la Primera Guerra Mundial, el crack del 29 y el comienzo de la Guerra Civil, cuando se vio obligada a cerrar hasta marzo de 1940. La crisis del petróleo, la Transición, la entrada en el Mercado Común Europeo y la adopción del Euro supusieron también duras pruebas, así como la llegada de internet y las nuevas tecnologías y la crisis en la que aún nos vemos envueltos. Un duro camino, sin duda, cargado de anécdotas y situaciones históricas.

Información patrocinada por Proinca: Apartamentos de alquiler en Madrid

Foto de Ibrahim Boran en Unsplash

Valora este artículo

About the Author: Ana Calero

Licenciada en Ciencias Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid. Forma parte del equipo de Apartamentos Proinca y es una enamorada de Madrid
Grandes almacenes de Madrid, historia viva de la ciudadGRANDES ALMACENES DE MADRID, HISTORIA VIVA DE LA CIUDAD
Madrid, una ciudad de monasterios y conventosMADRID, UNA CIUDAD DE MONASTERIOS Y CONVENTOS I

Visita virtual piso 1 habitación Edificio Proinca Moncloa

Visita virtual piso 2 habitaciones Edificio Proinca Moncloa

Visita virtual piso 3 habitaciones Edificio Proinca Moncloa

Visita el Edificio Proinca Infanta Mercedes

Valora este artículo